Diálogo y consenso

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En un contexto internacional que cual vientos antes favorables, ahora empiezan a cambiar de dirección, resulta indispensable cuando menos en lo que  la economía se refiere, el que los distintos agentes económicos, Trabajadores, Estado y Empresarios se pongan de acuerdo en cuanto a compromisos por asumir y derechos por reclamar en el marco de una agenda mínima, cuando menos en los 3 años que le resta al gobierno.

Las velas de un navío llamado economía peruana venían hinchadas con vientos a favor desde años atrás y por ello que la performance de  esta, dadas por supuesto sus propias fortalezas, ha  estado por encima del promedio de la región, cuando menos en indicadores macroeconómicos.   Pero ahora, estos vientos comienzan no solo a atenuarse sino también a cambiar de dirección: Ralentización de la economía china, altos costos transaccionales e incertidumbre frente a la futura moderación del programa expansivo monetario norteamericano, afianzamiento de la complicada situación europea etc.  Si lo vemos en términos del mas saltante cambio con efectos macro financieros;, si antes en plena crisis de los países del hemisferio norte, gracias a distintos programas de expansión monetaria en ellos, llevaron  a las tasas de interés internacionales cercanas a cero con la consecuente ingente entrada de capitales a los países en desarrollo en búsqueda de rentabilidades más altas, la reversión que se comienza a prever de dichos programas, hará que dichas entradas sean menores, con lo cual se vislumbra el fin del periodo de dinero y crédito  barato, ello definitivamente no permitirá que sigamos mostrando las altas tasas de crecimiento del producto, tal como ocurría en años anteriores.

Sin tratar de pegarla de pitoniso, pero el pronóstico de libro de texto es que esta menor dinámica del crecimiento económico  traerá aparejada una menor tasa de crecimiento  de las ventas, de la producción, de la demanda de empleo, de los ingresos fiscales entre otros resultados, entonces como el contexto  por venir ya no será tan bonito como el de años anteriores, para ayer será indispensable que empresarios, Estado y trabajadores empiecen un dialogo, donde así como hay derechos hay obligaciones que cumplir en base a elementos de una agenda nacional básica; siendo claro que la probabilidad de acuerdos y consensos es mucho más alta ahora que después; es como una fiesta donde la posibilidad de acuerdos entre los participantes es más soluble y probable cuando ella se desarrolla con normalidad y no cuando empieza a acabarse, la música, la comida o el trago, puesto en este último contexto lo que prima más bien será la búsqueda de responsables por las carencias  y no por r  buscar acuerdos para enfrentar ordenada y consensuadamente las carencias existentes.

Por qué planteo esta necesidad de consensuar. Quizás porque observo  que el Perú  externamente (si alguna ventaja tendría el residir fuera del país), comienza a proyectar una imagen más conflictiva, más por falta de voluntad de dialogo y de búsqueda de consensos, en este sentido frente a ello, considero que  probablemente la iniciativa de búsqueda de acuerdos, debería en principio    provenir  de 2 de los agentes a los que les fue mejor -comparativamente hablando- en estos años de bonanza: El sector empresarial y el Estado.  Dar señales claras en este sentido es actuar proactiva y no reactivamente, y si en ese ínterin el Estado mejora su performance institucional y de presencia efectiva para los ciudadanos como en los temas de seguridad ciudadana  e igualdad de oportunidades de la gente por ejemplo, y a la vez el sector empresarial da muestras claras de confianza efectiva en las perspectivas del país bajando del balcón y ayudando al Estado a mejorar sus performance; con  toda seguridad los trabajadores se sentirán más confiados en  participar del esfuerzo, con ello  la probabilidad de  revertir esa imagen externa de conflictividad que cada vez  mayor. Al final está en nosotros mismos cambiar para mejor, dejemos de pensar solo en derechos, las obligaciones también cuentan, sobretodo el procurar buscar dialogar y consensuar más, antes que los tiempos económicos no sean tan favorables como hoy.

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3 comentarios sobre “Diálogo y consenso

  1. Ante la previsible caída de las exportaciones, cabe estimular el consumo interno enérgicamente, lo cual implica mejorar sustancialmente las remuneraciones de los trabajadores de todos los niveles (a expensas de los dividendos para los accionistas) y aumentar el circulante y la liquidez (por el BCR) para estimular las inversiones productivas que nos lleven a mediano plazo de exportador de minerales a exportador de productos industriales y de consumo, y ejecutar las masivas inversiones pendientes del Estado en estructura, en todos los niveles de gobierno, creando de esa manera un renovado interés en el extranjero en invertir en el Perú en una amplia gama de industrias y no solamente en minería o en otras industrias extractivas.

  2. Siempre es bueno dar consideración al otro lado de la moneda, a opiniones y posibilidades distintas… ¿Qué rol le cabe a la responsabilidad social corporativa en todo ésto? ¿Será posible que las empresas tengan una responsabilidad social que transcienda a sus obligaciones inmediatas para con sus accionistas en torno a utilidades de corto plazo, y a cumplir con las leyes escritas, que abarque también una responsabilidad para con sus dependientes directos y la sociedad en general, que los obligue a desarrollar continuamente una visión de la realidad social y económica cambiante, de mediano y largo plazo, que enfoque su estabilidad socio económica y la de sus entornos, para ir adaptando de manera contínua a sus planteles de empleados y trabajadores de todos los tipos y niveles a las necesidades actuales y previsibles propias de las empresas, y las de sus dependientes directos, minimizando los despidos masivos al estilo Al Dunlap, y los despidos sustanciales, a favor del reentrenamiento contínuo de su fuerza laboral, y su reemplazo más bien ligado a la edad de jubilación y a la tasa natural de morbilidad y muerte, y no cargar la responsabilidad por su destino primordialmente a la parte más débil? ¿Implicaría esta estrategia necesariamente una estabilidad laboral férrea que resultara peor remedio que la enfermedad? Yo no lo creo. Más allá del ejemplo del Japón hasta su inmersión en las recesiones sucesivas de los últimos veinte años, y de la Alemania hasta Merkel, jugadores clave de la economía mundial, habrán otros ejemplos de una filosofía socio económica, no comunista ni socialista in extremis, enfocada en la estabilidad laboral inteligente y pactada entre empresarios y trabajadores con respaldo de las fuerzas políticas?

  3. De buenas intenciones esta…… Muy progresista punto de vista, habra que ver como cala el mensaje en los «poderes facticos», que hoy componen la simbiosis politico financiera de estado y empresarios.

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