Perplejidad. Es la primera reacción que me genera algunas miradas catastrofistas sobre la marcha macroeconómica actual del país, por la desaceleración del crecimiento económico pasando del 6.3 al 5%, pero señalar que esta situación es de lejos manejable, no significa para nada caer en el extremo de irracional optimismo cuando en el 2009 en plena crisis financiera internacional, el Presidente de aquel entonces anunciaba tasas de crecimiento por encima del 6% cuando ello era imposible, y en realidad solo se creció en 0.9% (con todo y ayudita por el crecimiento de servicios gubernamentales (efecto “ángel face” que le dicen). Pero veamos la coyuntura actual.
Todos sabemos que la economía peruana ahora esta mas integrada a la economía internacional, esto se mide con distintos indicadores por ejemplo la suma de exportaciones e importaciones respecto al PBI, el cual paso de 11.9 a 37%; dada esta inserción, los vasos comunicantes son diversos: La actual desaceleración del crecimiento chino nos pega por el lado de los precios de exportaciones, las mayores probabilidades de retiro de estimulo monetario en EEUU esta haciendo subir allá las tasas de interés lo cual generara menos entrada de dólares aquí presionando al alza el tipo de cambio, una Europa que todavía tendría hasta el próximo ano para seguir parada con lo cual nuestras exportaciones no tradicionales ven reducido su mercado, dada este listado de “bad news” en la economía internacional, alguien supuso acaso que esto no nos pegaría en algún momento? No obstante, la estamos sacando barata hasta el momento, porque solo se está produciendo una desaceleración de punto y pico del PBI, lo que no es ninguna tragedia; claro el crecimiento de ventas para las empresas o el aumento de la recaudación para el fisco no serán lo mismo que antes, pero aun crecen, es como si el avión llamado economía peruana en vez de seguir yendo a 900 km/h ahora va a 675/km/h o a los que les gusta las matemáticas es como si la segunda derivada de la variable PBI fuese negativa:la tasa de crecimientode hoy menor que la del año pasado.
No sé si sirva de consuelo, pero el tremendismo sobre la situación macroeconómica no está solo aquí, en los últimos días notas en el Financial Times o el Diario el País reportan reducciones en los niveles de reservas en los países emergentes. Y que imaginaban si los flujos de dólares a mercados emergentes comienzan a reducirse por el aumento de rendimiento de bonos gringos? Las reservas no son para adorarlas sino para usarlas con el fin de moderar volatilidad cambiaria sin impedir la tendencia devaluatoria, al haber estos cambios en los fundamentos de la economía internacional, tal y cual con acierto lo viene haciendo nuestro banco central.
El desafío hoy está en cómo asegurarnos que la turbulencia no nos haga perder más dinamismo, y ello en mucho depende de decisiones de gestión macro y micro que adoptemos y no de la incorporación de “técnicos” ofrecidos por el partido que estuvo en el gobierno el periodo anterior, o a lo mejor ellos están pensando en “técnicos” en indultos penitenciarios donde tienen sobrado background pasado o “técnicos” en obras de infraestructura “concluidas” como el hospital del niño o el Estadio nacional; estos “técnicos” más que confianza darían miedo. En realidad, las capacidades de gestión existen y es por ello que una agenda para consolidar el crecimiento pasa por mejoras en la gestión microeconómica del Estado para facilitar procesos de inversión privada, desarrollo acciones agresivas para promover innovación, competitividad empresarial e identificación de mercados alternativos, consolidar el comercio intrarregional donde iniciativas como la Alianza del Pacifico detentan enormes potencialidades, definición de metas por sectores y tiempos de proyectos de inversión pública, con particular cuidado hoy respecto a la continuidad sin retrasos en el desarrollo de los actuales en curso dada la funcionalidad de la inversión pública con iniciativas inversoras privadas futuras, acompañamiento más cercano para gobiernos regionales y locales a fin de mejorar eficacia en gasto de capital; en fin ideas existen y creo que capacidades para identificar e implementar estas y otras iniciativas también, es hora de ponerse a trabajar para ayer en ello.