Este lunes en el Banco Interamericano de Desarrollo, la Ministra de Educación presento lo avanzado luego del primer año de ejecución el Programa Beca 18. Tuve la suerte de ser convocado para comentar la presentación de la ministra, razón por la cual creo que podría ser de interés, hacer una breve reseña del programa y como desde mi perspectiva este tipo de intervenciones del Estado son funcionales al crecimiento económico.
Beca 18 es un programa gestionado por el Ministerio de Educación que financia la educación superior de jóvenes de alto rendimiento académico en condición de pobreza o pobreza extrema, dando la posibilidad de estudiar carreras a nivel superior en especialidades ligadas a la ciencia y tecnología en los mejores institutos y universidades nacionales y extranjeros. Este programa incorpora 5,000 becarios anuales cuya condición de pobre o pobre extremo está determinada por el Sistema de Focalización de Hogares(SISFOH). El programa, contribuye a una mayor equidad en el acceso a la educación superior, habida cuenta que con datos de la Encuesta Nacional de Hogares (2012) mientras que el 2.8% y 7.8% de los pobres extremos y pobres cuentan con educación superior, el 36.5% de los no pobres cuentan con esta; incluso la tasa de enrolamiento a la educación superior en el Perú está en alrededor del 35% mientras que países como Chile o Argentina presentan tasas de 60 y 70%, Si quisiéramos graficar mejor al inicio del programa 300,000 jóvenes entre 16 y 22 años no tenían acceso a educación superior alguna. Estos datos describen una clara exclusión por enfrentar y es allí en que se inscribe esta intervención estatal.
Implementar Beca 18 es un asunto solo de sensibilidad social? La respuesta es no. Muy al margen que al darle la oportunidad a jóvenes pobres y pobres extremos de acceder a la educación superior (equidad) sin sacrificar la calidad educativa, puesto que son exigidos como cualquier alumno regular; el caso es que la educación permite aumentar la acumulación de capital humano, con lo cual hay una justificación también económica para implementar este tipo de programas. Veamos. Los determinantes del crecimiento económico son la acumulación de capital humano y físico además de aumentos en la productividad, factor último que depende de mejoras en la tecnología (R&D, diseminación del conocimiento etc.) y de mejoras en la eficiencia (instituciones y organización económica). El capital humano visto como la calidad de la mano de obra, se acrecienta al educarse esta, resultado de procesos de inversión que a diferencia del capital físico la racionalidad implicada solo es parcialmente económica, puesto que si bien se busca un mayor retorno en la forma de mejoras salariales, también la gente busca mejorar el intelecto y la aceptabilidad e inclusión social. Cabe mencionar que dado que la educación tiene externalidades positivas por efecto demostración, por ejemplo imaginemos un joven egresado del programa en la especialidad de técnicas agropecuarias, con seguridad al regresar a su lugar de origen, al emplear las técnicas aprendidas no solo aumentara sus ingresos sino el resto de personas no instruidas al imitarlo lograran similar resultado, es decir la contribución de la educación a la mejora del Producto no puede evaluarse solo contando el aumento del ingreso individual del joven instruido, hay un efecto multiplicador detrás, y es esta externalidad positiva lo que justifica también este tipo de intervención estatal.
Refería que en parte la racionalidad detrás de invertir vía educación en capital humano, busca retornos, pero para ello es fundamental que la mayor empleabilidad fruto de la instrucción se haga efectiva a través de la inserción en el sector productivo privado. En tal sentido la institucionalización de esta relación con el aparato productivo, probablemente sea un reto futuro urgente de ser planteado y alcanzado desde este exitoso programa. Otro reto importante se asocia con la sostenibilidad financiera del mismo, donde mirar opciones de financiamiento desde el sector privado debería ser parte de la agenda futura. Claro, el éxito genera nuevos retos, no perdamos el paso.