Me sorprende que el Presidente de la Republica anuncie la evaluación de un posible incremento del monto actual de la Remuneración Mínima Vital (RMV) recién para el segundo semestre del año. Pareciera que no hay una mirada realista de cuan relevantes y establecidos en el tiempo son los factores detrás de la desaceleración actual del Producto Bruto Interno, al dejarse para después evaluar un (útil macroeconómicamente) ajuste en la RMV, no obstante el aumento en la productividad laboral ocurrida entre junio de 2012 (cuando se hizo último ajuste) y febrero de 2015. Miremos este asunto, que no solo es de sensibilidad social sino también de utilidad macroeconómica.
El último ajuste de S/. 75 en la RMV data de junio de 2012, antes en octubre del 2011 se hizo un ajuste similar (pese a la soterrada resistencia del Ministro de Economía, tal como lo saben varios de mis colegas del gabinete que integre).cabe anotar que con estos incrementos la RMV hoy es de s/. 750. Independientemente que haya sido el alza de la RMV una oferta de campana del aquel entonces candidato Ollanta Humala, era justificado dicho aumento por el incremento acumulado de la productividad de la mano de obra, haciéndose ello en 2 tramos. En todo caso la normatividad establece que el Consejo Nacional del Trabajo (Colegiado formado por representantes del gobierno, empresarios y trabajadores) cada 2 años deben revisar el monto de la RMV; sin embargo hasta ahora no se oye padre y con ello, al postergarse la discusión sobre el alza de la RMV, (a pesar del aumento en productividad laboral) no solo se posterga la posibilidad de una mejora en capacidad adquisitiva de los perceptores de una RMV sino también de aquellos que sin ganar esta, tienen varios de sus componentes salariales atados a la evolución de dicha remuneración.
En economía, todo tiene un costo de oportunidad, y así el patear para el próximo semestre la evaluación de la RMV, no es solo microeconómico, visto por la postergación de una mayor capacidad de compra para un segmento de trabajadores, sino también hay un costo macroeconómico: Un aumento en la RMV (en línea con el aumento de la productividad de factores) conlleva a un aumento en el consumo privado y del producto, con un efecto vía incremento del gasto, mucho mayor que el origina por ejemplo una reducción impositiva, asunto particularmente relevante cuando en una coyuntura como la nuestra el crecimiento del PBI se desacelera.
La lógica es sencilla, un aumento en la RMV (asociado a la mejora en productividad laboral), aumenta la capacidad de gasto y así el consumo privado, considerando además que la propensión a consumir en segmentos de trabajadores de menores ingresos es mayor, dado que la existencia de necesidades insatisfechas, ello explicaría una mayor propensión al gasto; la dilación en la decisión sobre la RMV, posterga la ocurrencia de este dinamizador efecto, anotándose que así se cumpla con minuciosidad y precisión suiza la planeada inversión pública para este año, poco se avanzara para tener tasas más cercanas a 5% como dice el Ministro de Economía; puesto que no se está revirtiendo, el escepticismo del sector privado y la consecuente desaceleración del consumo e inversión privada. Debo anotar, que no es cierto que una elevación de la RMV en línea con la variación de la productividad laboral genere más desempleo o informalice más el mercado laboral, no hay evidencia empírica que sustente estas recurrentes aseveraciones que aparecen cada vez que tan solo se plantea discutir el ajuste de la RMV. El incremento de la RMV según la productividad laboral acumulada apuntalaría la demanda interna, y si esto se acompaña con señales más claras de reconocimiento de la magnitud de la desaceleración, sus factores y planteo de medidas ordenadas de política económica (ahora dispersas) para enfrentar el problema, probablemente la confianza del sector privado seria menos débil………y la recuperación de la dinámica productiva también.