Un asunto sobre el cual debemos estar debidamente advertidos es sobre el pernicioso efecto que la devaluación del Sol en los próximos meses. Los efectos no solo son financieros sino sobre el sector real de la economía. Frente a esto, poco o nada se dice, y creo que más vale tener alguna idea de lo que se viene. Veamos.
En los últimos 12 meses (a noviembre según la Nota Semanal no 48 del 24-12-2015), la devaluación nominal bilateral fue 14.1% y la multilateral 4.1%, en términos reales el tipo de cambio bilateral se devaluó en 10.2% y el multilateral en 1.7%. El ritmo devaluatorio hubiese sido mayor, si es que expresamente el BCRP no hubiese estado muy activo vendiendo dólares dadas las presiones devaluatorias, razón por la cual en promedio el Perú presenta el menor ritmo devaluatorio en la región. El caso es que esta estrategia no era sostenible, en tanto los dólares que efectivamente tiene el BCRP para intervenir en el mercado está definido por la posición de cambios, la cual al 21 de diciembre detenta UD$ 25,209 Mills, esto es casi US$ 10,000 millones menos respecto a finales del 2014.
Claro algunos dirán que las Reservas Internacionales netas (RIN) al 21 de diciembre US$ 61,746 Millones , son solo US$ 462 millones menos que los US$ 62,308 mills existentes a fines de 2014, el punto, es que además que las RIN no son un indicador de la efectiva disponibilidad de dólares del BCRP, porque además de la Posición de Cambio, incluye los Depósitos del Sistema Financiero que son básicamente los encajes, (siendo la titularidad de los depositantes) y los Depósitos del Sector Publico, básicamente es el Fondo de estabilización Fiscal, (siendo la titularidad del MEf). Adicionalmente, la menor reducción de las RIN respondió a que parte de los dólares que estuvo vendiendo de su Posición de Cambios el BCRP, los compradores de estos fueron bancos , AFPs y otros depositantes, regresaron como parte de las RIN vía depósitos en el sistema financiero y encajes implicados, amortiguándose así la caída de estas.
¿Porque las presiones devaluatorias continuaran? Por un lado la recuperación de la economía estadounidense e inflación implicadas, explican porque la FED (el Banco central gringo) ha elevado su tasa de interés de referencia, con lo cual, los flujos de entradas de dólares a economías emergentes como la nuestra empezaron a reducirse no solo por la mejora de la rentabilidad en el mercado gringo sino también por la expectativa de nuevas alzas en la tasa de interés, esto origina una menor oferta de dólares y asi presiones al alza cambiaria, adicionalmente la recuperación de la competitividad de la economía norteamericana resultado de la entrada de productos del desarrollo tecnológico en dicho país ( Drones que revolucionan la logística, internet entre cosas, Impresoras 3D y 4D, desarrollos en nanotecnología etc) van a sustentar un mayor fortalecimiento del dólar a continuación, s a esto le agregamos la sustantiva caída del precio de materias primas (ejem el precio del cobre esta casi a la mitad) y la mantención de estos a niveles reducidos por lo menos por los próximos 2 años (el capítulo 2 del World Economic Outlook del FMI de octubre 2015, presenta el detalle de esto) explicaría una menor oferta de dólares por el lado de exportaciones. Las presiones devaluatorias tendrían para rato.
¿Un dólar en alza como afecta financieramente? Por un lado impacta en el índice de precios al consumidor, vía bienes transables y sobre sustitutos locales a estos,, pues la suba en precio de los primeros les da margen para replicar al menos parte dicha subida, también afecta a los endeudados en dólares ( la dolarización del crédito esta en 31%) que en su mayoría tienen ingresos en soles. Pero el efecto no es solo financiero es también por el lado real: Precios más altos reflejando un dólar más caro, reduce el poder adquisitivo salarial y visto el actual proceso de desaceleración económica, las perspectivas del empleo no son muy prometedoras, con lo cual la masa salarial tendería a reducirse y con ella afectar el consumo privado, la demanda y el nivel de actividad económica. Por ello, llama la atención el mutis sobre en este “también viene”: Ojala me equivoque esta vez.