La economía en el mes de mayo creció (reboto como dicen algunos titulares) en 4.88%; el crecimiento económico nos dice que se incrementó el valor de bienes y servicios finales en el periodo; la contrapartida de este incremento de la riqueza debiera en parte, una mayor demanda de empleo por parte de las firmas, el punto es que esta vinculación entre la dinámica del producto y la del empleo (elasticidad empleo producto) se estaría reduciendo, en tanto depende de la composición sectorial del producto. Veamos algo sobre el tema.
¿Cuáles son los sectores que principalmente explican el 4.88% de crecimiento del PBI? Minería crece en 33.24%, Telecomunicaciones 9.15%,Electricidad,gas y agua 7.06%; pero este aumento del PBI-como promedio ponderado- es resultado también de la agregación de la caída de sectores, como Pesca -66.98% y el sostenido descenso a de Manufactura en -7.52%;A diferencia de los sectores que más crecen, -altamente intensivos en el uso de capital-, opuestamente los sectores que se contraen son los intensivos en mano de obra; por lo cual, es previsible que este crecimiento del PBI tendrá un menor efecto sobre la demanda de empleo; esto es la elasticidad empleo producto de corto plazo (0.25% pre existente). ¿Pero es mala suerte que sectores intensivos en empleo como la manufactura se retraiga no solo en mayo sino sostenidamente? Veremos que no, y más bien la actual política macroeconómica tiene que ver con este resultado.
Considerando la retracción de Pesca en mayo, ella se revertirá fácilmente con la apertura de temporada de captura; la preocupación va por la sostenida caída de la manufactura que en los primeros 5 meses acumula -6.28% y -3.19 si comparamos las variaciones de los últimos doce meses. Se puede argumentar que la caída en pesca y de exportaciones no tradicionales, pegan adversamente en manufactura primaria y no primaria respectivamente; No obstante, la preocupación viene porque en el periodo donde no han sido predominantes estos coyunturales factores adversos, la manufactura también decreció. Frente a ello cabría preguntarse: ¿Los precios relativos básicos como el tipo de cambio, tasa de interés, y salario real, presión tributaria etc.; fueron funcionales al crecimiento de la manufactura o no?
A manera de ejemplo miremos lo que ha pasado con el tipo de cambio real. Si antes en periodos con los fundamentales originando una tendencial devaluación , fueron las ventas de dólares por el BCR, las que moderaron el alza y con ello del tipo de cambio real, hoy ya sea por expectativas de alguna recuperación de precios de commodities, por menor probabilidad de suba de tasa de interés de la FED o por venta de dólares por empresas y AFPs para pagar gratificaciones y devolución de aportes a afiliados (95.5% de sus fondos a jubilados y 25% a afiliados AFPs), el precio del dólar temporalmente cae (y el BCR no hace mucho frente a ello, porque facilita que la inflación más rápido retorne al rango meta), y es así que a junio el tipo de cambio real multilateral presenta una devaluación anualizada de -0.9%, ritmo devaluatorio bastante menor respecto a otras economías emergentes ;con lo cual la competitividad por el lado financiero es afectada adversamente. Si a eso se suma las anteriores alzas de tasa de interés de referencia decididas por el Directorio del BCR; es claro que la evolución de estas 2 variables afectaron adversamente la ya limitada competitividad de nuestro aparato productivo (Últimos entre los 4 países de la Alianza del pacifico); por ello si excluimos algunos factores temporales, la política monetaria ha venido afectando adversamente a la manufactura y de paso a contar con una elasticidad empleo producto más alta.
En suma, no solo se debe recuperar la dinámica del crecimiento económico de corto plazo al 5% anual cuando menos, sino que la política económica promueva una composición sectorial del PBI con mayor valor agregado sí, pero además más intensiva en mano de obra; caso contrario sea por crecimiento insuficiente o por composición sectorial inadecuada, la demanda de empleo resultante será incapaz de absorber siquiera el aumento anual de la oferta laboral, con lo cual se garantiza el aumento del empleo informal. Un reto para la nueva administración en política económica.