Anteayer el Primer ministro presento ante el Congreso un proyecto de ley referido al Plan de Reconstrucción Nacional , por S/.10,000 millones dirigidos a restituir el stock de capacidad productiva destruido o afectado a consecuencia del fenómeno de El Niño: 20,000 viviendas colapsadas, más de 10,000 kilómetros de carreteras afectadas o destruidos, 94,000 hectáreas de cultivo afectados o perdidos etc. Siendo hoy la sociedad más sensible frente a la corrupción, siendo una de sus formas el pago de sobornos, -consecuencia directa del llamado efecto Odebrecht–, resulta de particular utilidad desarrollar acciones preventivas al respecto. Una de ellas sería la adopción por parte de las organizaciones (empresas incluidas) de una Norma Técnica Peruana (NTP), la ISO 37001 o NTP anti soborno. Veamos porqué
Las (NTP), son documentos técnicos voluntarios, que contienen especificaciones de calidad, terminología, métodos de ensayo, información de rotulado, envasado, símbolos entre otros. Estas permiten homogenizar estándares de producción con lo cual se facilita el ingreso a mercados, es elaborada por el consenso de las partes interesadas (fabricantes, consumidores, Estado, universidades, entre otros), estas partes interesadas forman un Comité Técnico de Normalización, siendo las NTP, aprobadas institucionalmente por el Instituto Nacional de la Calidad (INACAL).
En el caso de la recientemente aprobada NTP ISO 37001, esta contiene prácticas y principios de gestión para aplicación en las organizaciones, que previene, identifica y enfrenta el soborno al interior de la entidad. Por ello, la implementación de esta NTP implica considerar distintos elementos de gestión: Planificación y Control Operacional, Debida diligencia –en tanto la organización debe evaluar la naturaleza y el alcance del riesgo de soborno en operaciones, proyectos, actividades, socios de negocios y personal pertinente-. Implementar esta NTP también implica optimizar controles financieros y no financieros, establecer controles anti soborno dirigidos a socios de negocios, compromisos anti soborno, prevenir la oferta, suministro o aceptación de regalos, atenciones, donaciones y beneficios similares, en tanto su aceptación son o razonablemente podrían ser percibidos como soborno, a la vez de corregir controles anti soborno inadecuados.
Asimismo, la NTP ISO 37001 establece que la organización en el marco de la Evaluación del Desempeño efectúa el seguimiento, medición, análisis, evaluación y auditoría interna, asegurándose que los resultados se informen a la dirección pertinente. Además para asegurar la objetividad e imparcialidad de esos programas de auditoría, la organización debe asegurarse que se efectúan por una función independiente o por un tercero debidamente acreditado. Finalmente, la organización debe reaccionar ante la no conformidad e implementar acciones correctivas apropiadas, a efectos de las no conformidades referenciadas, en el marco de un mejoramiento continuo de la idoneidad, adecuación y eficacia del sistema de gestión anti soborno implementado.
¿Y que ganan las organizaciones con ello? Credenciales éticas para clientes, colaboradores y socios, con el consiguiente efecto de mayor valor de marca y reputacional, reducción riesgos de soborno al interior, y un mejor posicionamiento frente a cualquier investigación en el marco de una contingencia judicial. Considérese además que el camino de la adopción es más corto para las organizaciones que ya adoptaron otras NTP ISO.
Es evidente que la adopción de esta NTP ISO 37001 limita la existencia de corruptores y con ello de situaciones de corrupción, al evidenciar una mayor trazabilidad del dinero al interior de las organizaciones; por tanto si un creciente número de firmas la adoptan, ello constituiría una interesante acción preventiva. No ser proactivos frente al soborno y/o corrupción, agravará el contexto de desconfianza generalizada en el país, que sin duda ralentiza la toma de decisiones por los agentes económicas, justo cuando se necesita lo inverso para enfrentar la actual desaceleración del PBI; peor aun cuando próximamente habrá mayor cantidad de recursos públicos y procesos; por lo que creo que siempre será más eficiente prevenir la corrupción y enfrentarla que quedarnos como hasta ahora, en el lamento de los hechos consumados a la caza de corruptos y corruptores, cuando el daño a la confianza ya está hecho.
De acuerdo con la necesidad de establecer estándares de anticorrupción en general en el Perú, y particularmente en el caso de proyectos públicos y público-privados. Pero también existe corrupción política de origen social y moral, y no sólo socioeconómico, como en el caso de la decisión de postular para ser el anfitrión de los Juegos Panamericanos 2019, decisión mal avisada considerando la pobreza que aún embarga a nuestro país, y no se la puede definir simplemente en términos de consumos diarios mínimos per cápita, y menos todavía cuando la valla se fija desde el exterior, por ejemplo en la NN.UU., a niveles irrisorios como de USD 3, o USD 5, o incluso de USD 10. La pobreza que nos embarga se mide en términos de los miles de colegios con infraestructuras decrépitas o defectuosas, sin equipamiento adecuado, sin planteles de profesores calificados, atendiendo a cientos de miles de niños raquíticos o al punto de caer en la anemia, con hambre, agotados, en muchos casos, por las largas caminatas de ida y vuelta entre sus hogares a sus colegios, e incapaces por ende de aprender. Nuestra pobreza se mide también en términos de la infraestructura vial averiada, destruida, o simplemente inexistente todavía; por la falta de capacidad industrial capaz de ofrecer empleo bien remunerado y masivo, incluso a niveles básicos como los necesarios para transformar las tierras minerales extraídas por la industria minera, sustento fundamental del Estado, en metales y productos metálicos elementales.
Para acabar de ejemplarizar, la tremenda pobreza que nos agobia también se mide en términos de la estrepitosa carencia de centros de salud claramente calificados por las competencias de sus médicos y enfermeros, y sus equipamientos y provisiones de medicamentos, y más aún, de hospitales, adecuadamente distribuidos en el territorio nacional. Pero lo más chocante de la corrupción política de origen social y moral, que afecta nuestro bienestar y progreso socioeconómico, es la proclamada y reiterada decisión del actual Gobierno de seguir adelante con la celebración de los Juegos Panamericanos en nuestra patria, no sólo haciendo suya la equivocada y arrogante decisión del Gobierno anterior, de ofrecernos al mundo como anfitriones de dichos juegos, sino que, ignorando la estrepitosa voz de la naturaleza que nos ha venido agarrando de cuerpo entero, a crecientes gritos y cachetadas, con su periódico fenómeno de El Niño, y sus terribles pataletas empobrecedoras, por décadas, sino que lo ha hecho a despecho del todavía vigente fenómeno de El Niño Costero que nos ha arrasado, desde el inicio del 2017, por el Norte, el Centro, el Sur y el Oriente, en mayor o menor medida, a lo largo del todo el territorio nacional. Esa factura de irresponsabilidad, en un mundo de creciente incertidumbre climática, social, política, y económica, y de alianzas internacionales inestables, apoyada por la irracional y peregrina idea de que hay fondos para todo en las arcas nacionales, es decir para la reconstrucción modificada, y la construcción de infraestructura de cara al futuro, así cómo para la infraestructura planteada para los Juegos Panamericanos 2019, de espaldas a la real y prudente conveniencia de la nación, de invertir nuestros recursos siempre de la manera más provechosa para el pueblo, la van a pagar con intereses de usura nuestros hijos y nietos. Para entonces, sin que hayan considerado alternativas de sustitución por otra nación más poderosa y calificada en nuestro inconveniente y ahora inaceptable compromiso internacional adquirido, como por ejemplo Brasil, que cuenta con infraestructuras recientemente construidas para el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, o en todo caso de alternativas que mitiguen sus costos, como lo serían las de aprovechar al máximo la infraestructura deportiva y la oferta hotelera existentes en el Perú, para el desarrollo de las lides deportivas y atléticas y albergar a los participantes, nacionales y extranjeros, con toda la dignidad que se merecen, nuestros actuales caciques estarán gozando de su eterna recompensa. ¡Para ellos, sólo honor y gloria!
https://www.academia.edu/32445974/Facebook_-_LOS_JUEGOS_PANAMERICANOS_2019_-_2017041601.docx