Revisando el último informe de proyecciones macroeconómicas del MEF, en el ámbito tributario la estrategia de formalización considera ampliar la base tributaria vía la incorporación de transacciones antes no registradas, siendo clave el régimen Mype tributario y el uso de facturas y comprobantes electrónicos, se considera también la formalización de rentas antes no declaradas mejorando el control de patrimonio no declarado, siendo funcional a ello medidas inductoras a la repatriación de capitales, habiéndose contemplado adicionalmente medidas de simplificación administrativa y reducción de costos de cumplimiento. Según el MEF será la ampliación de la base más que la modificación de tasas lo que hará recuperar la recaudación a partir del 2018. ¿Pero la base actual es inmutable o podría también reducirse? ¿Existe alguna estrategia dirigida a los que hoy declaran y pagan?
Con datos al 2015, la base tributaria está compuesta por 1´919,500 contribuyentes que aportan S/. 90,900 millones de soles nominales recaudados por SUNAT. De este monto el 61.9% es aportado por la Mega y Gran empresa (0.61% de contribuyentes), el 25.3% por la Mediana y Pequeña empresa (4% de contribuyentes), el 8.9% por la Microempresa (64.8% de los contribuyentes), 4% por Personas Naturales (31.1% de los contribuyentes). Lo recaudado por SUNAT forma parte (junto a los ingresos no tributarios) de los ingresos corrientes del gobierno general que equivalieron al 20% del PBI en el 2015; ¿Pero esto es mucho o poco? Para tener una idea, este ratio es bastante menor que el pico 22.7% del PBI alcanzado en el 2012, con una proyección de sólo 18.9% para este año. Tenemos una recaudación es concentrada en pocos y esperadamente menor como parte del PBI.
¿Pero esta base de contribuyentes que declaran y pagan es inmune a deserciones? Mi impresión es que no existe tal inmunidad; y no me refiero al efecto adverso sobre la capacidad instalada de producción y sobre el número y aporte de contribuyentes pagantes resultado del fenómeno llamado Niño Costero. Esta base actual podría tender a achicarse conforme pasa el tiempo, porque si ya sea en bonanza fiscal como en el 2012 o en tiempos de vacas flacas como ahora, siguen existiendo serios reparos ciudadanos respecto a la calidad y cantidad de servicios que brinda el Estado, se decanta en consecuencia la vulnerabilidad estructural de la base actual, en tanto los conformantes de esta pagan, no porque tengan conciencia tributaria; sino porque la fiscalización tributaria es omnipresente, omnipresencia posibilitada en gran parte por el uso de poderosas herramientas provistas por las tecnologías de información por ejemplo. El caso es que a la inversa, estas mismas herramientas ahora, pueden ser funcionales para lograr pagar por debajo de lo que se debiese (elusión) o simplemente no pagar (evasión), acciones sin duda ilícitas, pero relacionadas a la vez directamente con la creciente insatisfacción por ejemplo sobre la provisión de servicios estatales relacionados a la seguridad ciudadana, administración de justicia o servicios de salud y educación. La pregunta es ¿Pagas impuestos y hay conformidad con lo que recibes?
En conclusión, tan importante como incorporar contribuyentes que declaren y paguen -la tan anhelada ampliación de la base tributaria- , es preocuparse también que la base actual no se reduzca. Esto último no dependería sólo de la SUNAT, depende también de la performance de gestión de todo el Estado: Gobierno nacional, pero también del Regional y Municipal incluidos (con la carga tributaria adicionada por estos últimos). ¿Cuál es la estrategia para evitar la reducción de la base tributaria actual?