Por Kurt Burneo.
Tengo la impresión que la discusión económica actual está dominada por las urgencias del corto plazo, habida cuenta de la desaceleración actual del PBI. Sin dejar de reconocer la necesidad de incrementar la tasa de crecimiento actual del PBI , comparativamente, no se dice mucho respecto al PBI potencial; asunto importante no sólo porque este se constituye como un insumo indispensable para la gestión macroeconómica, sino porque el producto potencial se convierte en una limitante de la dinámica del PBI en el corto plazo. Planteare estos asuntos a continuación.
El PBI de corto plazo viene desacelerándose sostenidamente, de la mano con la caída de la inversión privada desde 3 años atrás, la caída de las exportaciones y la desaceleración del consumo privado; por ello el crecimiento del producto este año , estará en alrededor del 2%. Esta desaceleración responde a 3 factores: El sobreajuste fiscal en el último cuatrimestre del 2016, el llamado efecto Odebrecht y la generalizada desconfianza generada y finalmente el efecto del Niño costero que destruyó capacidad productiva del país, afectando adversamente l la capacidad de generación de flujos de producto futuros. El punto es que la limitante para el crecimiento del PBI en el corto plazo sin generar sustantivas presiones inflacionarias, proviene del producto potencial o de pleno empleo, debiendo ser la expansión de este último un objetivo explícito de política macro económica.
Qué es el producto potencial? Es el resultante del pleno uso de los factores productivos con que cuenta el país, y resulta muy útil su estimación, por ejemplo para fines de la política fiscal, para identificar la posición de la economía en el ciclo económico, o en el caso de la política monetaria, permite identificar desequilibrios como excesos de demanda o de oferta y de esa manera identificar presiones inflacionarias o por ejemplo en el caso del mercado laboral para prever situaciones futuras de desempleo o subempleo. Por otro lado, el crecimiento del Producto Potencial ha sido volátil: De un promedio de 4.5% en el periodo 2000-2006, pasó a 6.2% en el 2007 y 6.38% en el 2009,4.7% en el 2014 y 4% en el 2016. Dicho en simple se ha venido reduciendo nuestra capacidad instalada o para los que gustan de ver la economía con más rigurosidad técnica es como si se hubiese contraído nuestra frontera de posibilidades de producción.
De los datos presentados, se puede inferir que s no se hace nada sobre los determinantes del PBI potencial; esto es, sobre el stock de capital físico y humano así como sobre la productividad factorial; nuestras aspiraciones de crecimiento no podrán ir más allá del 4% anual , porque a tasas mayores las presiones inflacionarias por costos por ejem por el lado de la energía eléctrica al comprarse toda la oferta de energía disponible, como también presiones de demanda al acelerarse el consumo privado , por ambos efectos , la tendencia de los precios irán en línea con las presiones antes descritas.
Queda claro entonces, que si bien es fundamental resolver la desaceleración del PBI de corto plazo, por estrategia el MEF debería también, hacer explicita la decisión de expandir el producto potencial o de largo plazo. De no preocuparse por ello , la actividad económica anual no podrá crecer más allá del 4%, y si consideramos que dada la actual estructura sectorial productiva del país, debería el PBI crecer cuando menos al 5% anual, para generar la demanda de empleo suficiente para absorber a los entrantes anuales a la Población Económicamente Activa (PEA) ; no preocuparse por el PBI potencial nos condenará a un mayor deterioro del mercado laboral con un subempleo que seguirá creciendo sostenidamente en el tiempo. La idea al final es no tener más de lo mismo.