La informalidad en el Perú se presenta de diversas maneras: Tributaria, productiva, laboral etc. De estas probablemente la laboral sea la más conocida y comentada, en tanto la sentimos mucho más cercana y por tanto visible, puesto que somos nosotros los ofertantes de horas de trabajo, frente a una demanda de mano de obra de las firmas derivada a su vez de sus necesidades de producción. En un país donde pocos se pueden dar el lujo de no trabajar, al no haber un seguro de desempleo, los trabajadores se ven obligados a inventarse un empleo, lo cual nos lleva directamente al mundo del subempleo, donde están 7 de cada 10 peruanos. ¿Existe algún factor económico de difícil remoción determinante del subempleo actual ¿Veamos cuál.
Si de describir en general la informalidad en el Perú de hoy , resulta una tarea algo creativa, puesto que si bien a nivel agregado representa el 45% del PBI nacional, encontrándose también híbridos informales; por ejemplo cuando las firmas tributariamente son formales para fines de impuestos con el que son gravadas como personas jurídicas, pero que a la vez son informales laboralmente, al registrar en la planilla sólo una parte del salario que pagan, a fin de reducir la base de cálculo para las aportaciones del 9% de ESSALUD. Si concentramos nuestra atención, solo en el empleo informal, este alcanzó 11.7 millones de peruanos al cierre del 2016 según la CCL, y de ese total se tiene que aproximadamente 5.3 millones, que equivalen al 45.2%, se encuentran entre 25 y 44 años, con lo cual en los próximos años a nivel país surgirán varias incertezas alrededor de estos trabajadores; por ejemplo, ¿Cómo financiar la asistencia a estos futuros adultos mayores, que nunca cotizaron a sistema previsional alguno? Incluso, las carencias no sólo serán futuras sino también son actuales, y estas por ejemplo están relacionadas a servicios de salud: De ocurrir un sinceramiento en los trabajadores derecho habientes de Essalud, ello complicaría aún más la precaria situación financiera de esta entidad, que ya detenta un sostenido envejecimiento de sus asegurados actuales, lo cual demandará, no sólo mas atenciones sino que estas serán más caras, haciendo insuficiente la tasa de aporte actual (9%), con lo cual en vista de no poder subir esta tasa, la forma de racionar las atenciones de salud, es vía la degradación de la calidad del servicio: Citas médicas a 3 meses o exigencia de compra de medicamentos y hasta de partes y/o repuestos de máquinas usadas en exámenes clínicos. Adicionalmente los trabajadores informales no cuentan con condiciones de seguridad ocupacional y por supuesto tampoco son capacitados a partir de poco frecuentes procesos de adopción de mejoras tecnológicas.
Esto último es particularmente importante, puesto que ello tiene relación con la productividad del trabajador peruano. Es así que el valor agregados del trabajador minero es casi 91 veces que el correspondiente al trabajador agrícola, 39 veces al del trabajador en sector construcción ,16 veces al del sector servicios. Puesto que del cuero salen las correas, el valor añadido en estos últimos sectores en términos reales, es tan pequeño, que no hay probabilidad alguna, que trabajadores agrícolas, del sector comercio y construcción, puedan estar registrados en una planilla como trabajadores formales. Incrementar su productividad laboral es fundamental.
Como vemos si no se invierte en tecnología y en la educación da los trabajadores difícilmente se revertirá la informalidad laboral. Pretender lo último sin hacer lo primero es vender humo.