Una rápida mirada hoy a los mercados de bienes de consumo, revela que en el caso de varios bienes y servicios de uso común, existen una serie de promociones y/ o rebajas. Al igual que las reducciones impositivas, para lograr aumentar el consumo el logro de ello depende también de las expectativas de los consumidores. Miremos el tema.
Planes de telefonía móvil cada vez mas baratos,con opciones de acceso a Internet ilimitado electrodomésticos a menor precio, ofertas de vehículos nuevos con bonos de descuento y/o mantenimiento gratuito por un periodo , restaurantes antes exclusivos que ahora ofrecen plato del día, alquileres de departamentos y oficinas con tendencia a la baja, rebajas de precios y/o promociones en sector retail. ¿Todo ello debería propulsar el consumo privado, el cual visto como componente de la demanda explica el 64% del PBI?
En principio ¿Qué explica estas rebajas extendidas? La desaceleración del consumo privado es un hecho de partida, al 2012 la tasa de expansión del consumo privado fue de 7.4% al 2013 fue 5.7% 3.9% en 2014; estancándose en 3.4% en 2015 y 2016. En el primer semestre se desaceleró aún mas al 2.2% con un pronóstico de 2.6% para todo el 2017, según el último RI del BCRP. Es evidente que la menor velocidad de la expansión del consumo privado, origina por el lado de las empresas la expectativa –dado el anuncio de un crecimiento previsto para 2018 del consumo privado en 3.3% y del PBI en 4.3%- de recuperar sus niveles de ventas pasados. En ese orden de ideas, las promociones y /o rebajas de precios que hoy observamos, deben ser vistas como estrategias de mercadeo anticipadamente captar clientes , incluso en algunos casos están sacrificando márgenes de beneficios, aunque ello esta sujeto a la estructura del mercado donde operan. Pero como el tango, para que se efectivice una recuperación del consumo se necesitan 2 , y aquí entra en escena los consumidores.
Lo que hay hoy dia son consumidores cautelosos, cautela que responde a una desacelerada expansión del empleo urbano, lo que entroniza el subempleo, para 7 de cada 10 peruanos,”la calle esta dura “ dicen, considerando que anualmente los 250,000 ofertantes de empleo no son absorbidos por el disminuido aumento de la demanda laboral, proveniente de las necesidades de producción de las empresas. Por otro lado cabria advertir que algunos hechos recientes como la reciente clasificación al mundial por supuesto que mejora los ánimos de todos, pero no implica un sustancial cambio de expectativas ya ocurrido mirando el 2018, basadas en a) Mejora hoy de términos de intercambio que incide con rezago de casi 1 año sobre la inversión privada y b) la inversión publica en reconstrucción. Ello no quita que en sectores específicos como publicidad (campañas ligadas al fútbol), comercio (televisores), Bancos (créditos consumo) y agencias de viajes las cosas pinten mejor que antes. Pero si uno mira el eslabonamiento de estos sectores con la demanda interna estos no son muy significativos. ”Tampoco tampoco” como señala la parodia de Kenji . De lejos lo central de la recuperación de confianza de consumidores vendrá de las variables macro asociadas a inversión pública y privada y sus efectos sobre empleo. Al igual que cuando se redujo el impuesto a la renta a personas naturales hace 3 años y no aumento sustantivamente el consumo , a pesar del aumento del ingreso disponible, por expectativas cautelosas; hoy podría suceder algo parecido si los números de la macroeconomía no caminen como lo esperamos todos.