¿Parches tributarios?

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Un reto actual d la política  macroeconómica  es tener bajo control el déficit fiscal y a la vez recuperar la velocidad del crecimiento económico; en tal sentido las decisiones de política en materia tributaria  y de gasto, no integradas en una estrategia explicita, si no presentada s dispersamente – como iniciativas “parche”-  son particularmente relevantes; por sus  efectos adversos  sobre  expectativas de  consumidores, inversores y empresarios.; y de allí sobre la actividad económica.

El déficit proyectado para este año es de 3.5% del PBI, el cuál  hoy responde más a una caída de los ingresos fiscales más  que a incrementos en el gasto; en tal sentido por el lado de este último se emite el DU 005-2018 que recorta  la genérica bienes y servicios por S/ 969.2 millones. En  cuanto a ingresos fiscales, hay  una diversidad de iniciativas en evaluación: Desde implementar un Impuesto Selectivo al Consumo de bebidas azucaradas, pasando por incrementos en ISC para combustibles, licores y autos, revisión  de  la inafectación por 7 UITs para definirla  base de cálculo  para definir el  impuesto a la renta para  personas naturales, revisión de las deducciones adicionales en el caso de renta por gasto en alquileres, servicios médicos etc.

Si miramos con  más detalle la propuesta de política fiscal  implícita en los distintos anuncios  del MEF y la PCM, tanto por el lado de los ingresos y el gasto, estas se presentan sin estar integrados en términos de una estrategia explícita., sin  metas financieras, económicas y de eficiencia.   Incluso toda  esta dispersión  de cambios en tasas y tiempos de vigencia de regímenes, reducción beneficios tributarios, cortes de gasto inconexamente anunciados, pueden deteriorar expectativas de crecimiento futuro, para comenzar, porque  subir tasas impositivas combinado con menos gasto, claramente tienen un efecto contractivo sobre la demanda. Interna.

Si la mirada del MEF sobre el tema fiscal es solo financiera y no económica, pensando en políticas de parche para  reducir el déficit, es decir esta práctica de hacer la cuenta del día y nada  más, deja sin cambio falencias estructurales de nuestra recaudación como por ejemplo el nivel del incumplimiento tributario -36% en el IGV y  56% en Impuesto a la Renta-, hacen  que estructuralmente  las magnitudes futuras del déficit  sean mayores, al desaparecer el efecto de medidas inconexas y de corto plazo,  en otras palabras la no adopción de  acciones que corrijan factores estructurales que reducen la  recaudación como los antes descritos,, implicará seguir incubándose varias  debilidades  fiscales, para luego ponerse en evidencia además  previsibles  reducciones en la cantidad de agentes  que declaran y pagan y que no eluden obligaciones con el fisco.    Cabe mencionar que esto último se sujeta también  al  grado de conformidad de los contribuyentes por la cantidad y calidad de los servicios proveídos por el Estado y por supuesto al grado de simplificación en procesos para  cumplir obligaciones  tributarias. Al final, los parches  no duran mucho  y los tributarios menos.

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