Semanas atrás, en mi columna «La reacción empresarial ¿pa’ cuando?», en Gestión, remarcaba la necesidad de que nuestro sector empresarial fuese más proactivo y no reactivo, siendo la carencia de esta cualidad un factor que complica una sostenida recuperación la actividad económica. En esta breve nota, no solo presentaremos algunas de dichas carencias, sino también plantearemos algunas opciones de carácter proactivo desde la empresa, para el caso específico de las que administran nuestros fondos previsionales (AFP). Elegimos este sector económico porque es uno donde la inacción sigue siendo notaria.
Un objetivo para la gestión macro en un país es, existiendo la necesidad de la llamada brecha de producto, reducir esta; lo que significa acercar el PBI efectivo al PBI potencial. O de pleno empleo. Para ir en el sentido antes señalado en el corto plazo, la gestión macro puede incluir políticas expansivas de demanda junto a un adecuado manejo de expectativas. Esta gestión macroeconómica si bien es una condición necesaria, no es suficientemente para lograr un crecimiento sostenido, porque una adicionada existencia de proactividad empresarial es fundamental. ¿Pero por qué lo es?
Considerando que el tamaño del Estado representa el 22% del PBI, se podría asumir que, de lejos, el sector privado explica la dinámica del PBI. De allí que resulta central evaluar la capacidad del empresariado de ser proactivo. Esto es, por ejemplo, de estar permanentemente buscando mejorar su competitividad, desarrollo e innovación de productos y procesos que originen mayor creación de valor, visto este último, de manera muy simple, como la capacidad de una empresa de lograr que el precio pagado por sus clientes sea mayor al costo de los insumos utilizados en la generación de estos. ¿Nuestras empresas locales andan por esta senda?
Lamentablemente, no. El sesgo del accionar de las firmas hoy en el país va por el lado del logro de posiciones de privilegios. A manera de ejemplo, como cuando el gremio de gremios, esto es la Confiep, no solo recusa la normatividad que trata la elusión tributaria, atribuyéndole a esta una supuesta inconstitucionalidad, calificación hecha no por el Tribunal Constitucional, sino por estudios de parte realizados por estudios de abogados contratados para tal fin. Otro ejemplo de acciones empresariales buscadoras de mantención de privilegios se refiere a la propuesta de renovación por 20 años más del régimen especial tributario asignado a las empresas agroindustriales. ¿Se ha realizado, por ejemplo, el análisis costo – beneficio de este régimen especial para, luego 20 años de aplicación, poder saber en cuánto se incremento realmente la competitividad de las empresas beneficiarias?
Adicionalmente, hay secciones como el caso del manejo de fondos previsionales, donde existen amplios márgenes para entender mejor sobre la base de qué las empresas administradoras, AFP, cobran una comisión a sus afiliados. Por ejemplo, ¿cómo hacen estas firmas para lidiar con el problema de la rigidez de la composición de cada uno de los cuatro tipo de fondos previsionales en coyunturas con mucha volatilidad en los mercados? Además, frente a un largo plazo cambiante, las AFP no tiene mayor incentivo para advertir al afiliado de la necesidad de reestructurar su fondo previsional. Total, la comisión que cobra la AFP es independiente de la rentabilidad de los fondos que administra.
En conclusión, sería deseable contar con sector privado menos buscador de privilegios y más proactivo, priorizando el suministro de información a sus clientes. Condiciones ambas que, sumadas a una acertada política macro, pueden coadyuvar a tener una economía que funciona con mayor eficiencia.