Economía peruana: ¿la resiliencia es suficiente?

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Revisando el último reporte de inflación del BCRP de marzo del 2019, entre las evidencias más relevantes que presenta este informe, destaca que a nivel de América Latina (AL) -frente a un contexto internacional menos favorable-, nuestra economía –creciendo alrededor del 4%- detenta una de las tasas de crecimiento más altas (promedio AL 2.2%) en el presente año. ¿Qué sustentaría esta mayor resiliencia? Y es esto último, ¿es lo mejor a lo que podríamos aspirar?

La existencia aún de un volátil contexto internacional es absolutamente real, resultado de modificaciones de variables externas en algunos casos con efectos contrarios. A manera de ejemplo, a diciembre del 2018 se preveía que la economía de los EE.UU. crecería 2.2%, hoy la proyección se reduce a 2.1%, con tendencia a una mayor desaceleración, generándose un alza en la tasa de desempleo de 3.5 a 3.7 %. En atención a estas proyecciones, de consolidarse estas tendencias en el tiempo, cobra sentido una menor probabilidad  de alzas en magnitud y en número de veces de la tasa de interés de la FED, con lo cual a renglón seguido podría volver a generarse una nueva salida de capitales,direccionada hacia mercados de países emergentes como el nuestro; lo que podría implicar una mayor oferta de dólares con las consiguientes presiones revaluatorias existiendo además una no descartable mayor volatilidad cambiaria.

Dicha volatilidad también podría incrementarse aunque con sentido contrario sobre el precio del dólar, si se reiniciara la suspendida guerra comercial entre EE.UU. y China, o la anunciada recientemente por el presidente Trump contra la Unión Europea, eventos que al originar un menor flujo comercial, causan también un menor flujo de dólares, lo que podría generar nuevas presiones devaluatorias en monedas de países emergentes como el sol.

Al final el desafío para el BCRP es moderar la volatilidad cambiaria sobre la base de intervenciones más frecuentes en el mercado cambiario, intervenciones que tienen como base solo los dólares propios del BCRP (y no las RIN), esto es su posición de cambio, la cual alcanzó US$ 40,566 millones al 3 de abril. Es claro también que una moderación de la volatilidad cambiaria implicará una menor volatilidad del índice de precios al consumidor.

¿Pero de dónde viene esa mayor capacidad de enfrentar con más solvencia este contexto externo más volátil? ¿Qué podría explicar la mayor resiliencia de nuestra economía en comparación de otras en América Latina?: un sostenido bajo riesgo país (la demanda de bonos soberanos en este primer trimestre del 2019 cuadriplicó el monto demandado en periodo similar del 2018 y con 50 pbs de menor rendimiento), una demanda interna aún creciendo, junto a un déficit en cuenta corriente financiado con holgura por flujos de capitales de largo plazo y un prudencial manejo del gasto público en coyunturas de mejores precios de materias primas.

No obstante la evidente resiliencia de la economía peruana, queda intacta la imposibilidad de crecer por encima del 4%, con lo cual, como lo he venido sosteniendo, si queremos que el total de 250,000 jóvenes se incorporen al mercado laboral (aparte están los casi 400,000 migrantes venezolanos en edad de trabajar que ingresaron al país en el último año) necesitamos, dada la actual estructura productiva, crecer cuando menos al 5%. ¿Cuál es la propuesta de política macroeconómica para lograr esta tasa de crecimiento que implica, para comenzar, expandir el producto potencial? La resiliencia no lo es todo.

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