En el último Ranking de competitividad del Institute for Management Development (IMD) no nos fue bien. El Perú se ubicó en el puesto 55 de 63 países y solo mejoró en el pilar de desempeño económico. ¿Por qué seguimos en la cola y qué implica esto?
Lo que mide este índice estimado por el IMD es la capacidad de un país de gestionar sus recursos y competencias para incrementar su productividad y aumentar el bienestar de su población. Si bien podría parecer que descender una posición en este ranking no es relevante, pasar del puesto 54 al 55, sí lo es, no solo porque la puntuación obtenida este año (57.21) fue menor a la del año anterior (60.24), sino porque el Perú ha experimentado también una caída casi ininterrumpida desde la primera vez que participó en el mencionado ranking, en el 2008, y se posicionó en el lugar 35 de la tabla; estando en último lugar si tan solo miramos la liga del barrio, como la Alianza del Pacífico (Chile 42º, México 50º y Colombia 52º). Es decir, en términos sencillos, el resto de países promedialmente están haciendo mejor las cosas que nosotros, en lo que a mejora de competitividad se refiere.
Siendo cuatro pilares los que definen la puntuación del país en cuanto a competitividad: Eficiencia gubernamental, Desempeño económico, Eficacia de negocios e Infraestructura. En nuestro caso, el único pilar donde se mejora la posición es en el Desempeño económico, al pasar del puesto 55 al puesto 41. Aunque este avance fue impulsado por las mejoras en el subsector precios. Esto es la mejora reportada en la estabilidad monetaria sustentada por la estabilidad de precios (octavo puesto en subsector precios).
El caso es que, con una economía que tiende a desacelerarse, esta se asocia a menores presiones de demanda y sin choques adversos de oferta (costos), se podría explicar el cumplimiento de la meta inflacionaria definida por el BCRP. Pero esta estabilidad de precios se asocia también con una menor dinámica del PBI y de insuficiente empleo también. ¿Cuán sostenibles son estos resultados?
Si bien en el pilar Eficiencia gubernamental se descendió del puesto 49 al 51 y en Eficacia de negocios se descendió también del 51 al 55, creo que mucho más preocupante es que en el pilar Infraestructura no se desciende, pero sí estamos estabilizados como coleros en el lugar 61 de 63 países desde hace varios años.
Este pilar es particularmente importante, en tanto mensura el grado en el que los recursos básicos, tecnológicos, científicos y humanos logran satisfacer las necesidades de las empresas. Aunque el subsector de infraestructura básica mejoró cuatro posiciones y se pasó al puesto 54, en el subsector de salud y ambiente se descendió tres lugares, al puesto 51. El factor que no presenta mejora alguna sigue siendo infraestructura científica, que implica el gasto en investigaciones, el número de investigadores, el volumen de artículos científicos (papers).
Si entendemos que el grueso del PBI es generado por el sector privado, el actual estancamiento de la infraestructura no solo debilita la demanda interna afectándose el PBI de corto plazo, sino también el producto potencial al no tenerse un ascendente stock de capital físico y humano –determinantes de este último– comparado respecto al resto de países con los que competimos.
En el mundo actual, en medio de una Cuarta Revolución Industrial, donde en confluencia con avances tecnológicos, fusionados el mundo físico, digital y biológico, aparecen nuevos modelos de negocios, es perentorio, como primer paso, mejorar nuestro nivel de competitividad. Si no, ¿bajo qué condiciones nos insertamos en la economía internacional? Como para pensar un poquito, ¿no?