Retos ¿posibles?

Entrando al último año de la administración Vizcarra, en su discurso presidencial se presentaron una serie de iniciativas gubernamentales, algunos de los cuales corresponden a planos diferenciados, algunos de los más notorios son:  Salubridad  (afiliación de todos al SIS), Educación (reporte de 96% de hogares que acceden a programa “Aprendo en casa” Económico (subsidios de distinto tipo 6 millones hogares, e identificación de 2 millones y medio hogares más para que accedan a bonos también, pensión orfandad bonos por orfandad, Plan Arranca Perú, Empleo 129,000 puestos de trabajo (frente a 2´700,000 nuevos desempleados), Fondos para agricultura y turismo, reducción brecha infraestructura (inicio de estudios de nuevas líneas de metro) etc., entre otras iniciativas sectoriales con cuando menos  S/ 24,000 millones utilizados.  

Un lugar común  como ha sucedido desde hace años en este  tipo de discursos, es la referencia en una  larga lista de puntuales  intervenciones públicas y  cifras que no agrega a una más integral mirada a la gestión del Presidente Vizcarra. Visto de otra forma tan o más importante que el producto logrado con la aplicación  de recursos públicos es el resultado logrado.  El caso es que hoy existen diversas iniciativas específicas privadas que tienen efectos multiplicadores sobre la actividad económica, actividades no referidas en el discurso y mucho menos potenciadas por el Estado. Veamos estos temas.

Frente a la pandemia, la reacción gubernamental fue establecer el aislamiento social y la paralización de actividades equivalentes al 60% del PBI). La contracción de la actividad resultante, y el aislamiento social sobretodo implicó un aumento sostenido de la demanda por servicios de internet para el comercio, en primer momento por la mayor demanda por soluciones tecnológicas más personalizadas, para luego adaptando estas herramientas a operaciones más específicas, creciendo en número y facturación las empresas de servicios tecnológicos, apareciendo nuevas líneas de negocio. 

Derivado del potenciamiento del  e-commerce durante el aislamiento, ello superó la capacidad de atención de varias empresas, derivado de la expansión anterior, en el segmento delivery,entran empresas nuevas como  Fazil y Cornershop. Esta mayor competencia ha originado la necesidad de desarrollar nuevas estrategias y alianzas en las empresas que ya estaban en el mercado como Glovo y Rappi.  Además, este creciente mercado atrajo a empresas de taxis, como Cabify y Uber. 

¿El Estado tuvo un rol promotor en estas actividades emergentes? O estas se dieron a pesar de disposiciones que respondían a realidades de países desarrollados.  Es claro que componentes de los protocolos a cumplir establecidos por los sectores más las ordenanzas municipales, al extremar condiciones a cumplir basadas en estándares de países desarrollados, se constituyeron como factores poco funcionales al reingreso de las empresas que ya existían como de las nuevas. En contraste, en programas de garantías públicas como «Reactiva Perú», se presta con tasas promocionales a empresas investigadas por caso Lava Jato o comercializadoras de oro proveniente de la región Madre de Dios, foco claro de la minería aurífera ilegal. Apoyar iniciativas privadas y focalizar mejor las intervenciones públicas, son retos pendientes aún por alcanzar.

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