EL DOBLE ROL DE LA INVERSION

Hasta  hace algún tiempo el contexto político y  económico iban por cuerdas separadas, hoy no solo van juntas sino diría enredadas entre ellas. Y en ello un asunto macroeconómicamente clave es lo que pasa con la inversión en general y la privada en particular, jugando un doble rol a veces poco discutido, pero no por ello menos importante. Trataré brevemente este asunto.

No voy a abundar mucho en lo ya conocido. Actualmente la confrontación política en nuestro país es cada vez mas intensa con participantes y escenarios variados ¡Fight!: Poder Ejecutivo vs Poder Legislativo, Poder Ejecutivo vs Medios de comunicación, al interior del Poder Ejecutivo, etc. Las razones de cada una de estas son de las mas diversas, aunque quizás lo común entre todas ellas, esta por el lado del ejercicio efectivo del poder,  al interior de un juego de suma cero, y por ello al no estar claro cuales serían los derroteros futuros  de estas  pugnas de allí se explicaría  la mayor incertidumbre resultante. Así tenemos que en el último Reporte inflación del BCRP de septiembre 2021, la encuesta de expectativas económicas en lo que al sector empresarial respecta, muestra que desde principios de año las expectativas empresariales han caído sostenidamente estando hoy en el área pesimista tanto a 3 y 12 meses.

Lo que pase con la inversión privada tiene un efecto doble: La inversión privada si bien explica directamente el 20% de la demanda y por supuesto del Producto Bruto Interno (PBI) en el corto plazo; adicionalmente una mayor inversión, amplia el stock de capital del país con lo cual se expande el producto potencial y con ello la capacidad productiva instalada del país.

¿Y cuales son los números que se tienen?  El BCRP proyecta que la inversión privada este año aumentaría 24.5% respecto al año anterior y crecimiento 0 en el 2022. En lo particular cualquier comparación con el año 2020 debe de ser tomada con pinzas dada la reducida base de cálculo (2020) , por ello que mucho mas relevante es mirar los números para el 2022, (ya sin la distorsión estadística) y obviamente una mala noticia es que la inversión privada no crezca.   

Si tenemos claro que la demanda de empleo depende de los requerimientos de la actividad productiva –con una distinta elasticidad empleo producto a nivel sectorial- y siendo fundamental promover una mayor demanda de empleo como objetivo de política (2.3 millones de empleos perdidos en el 2020), a una inversión privada estancada para el 2022 se le suma como problema, que según el BCRP los sectores poco intensivos en mano de obra (PBI primario) crecería en 5.9% y los intensivos en mano de obra (PBI no primario) solo aumentaría  2.7%; de allí que resulta entonces, que promover explícitamente la inversión privada, tiene mucho sentido, la promoción explícita antes referida pasa por reducir el actual ruido político, particularmente importante dada la coyuntura actual.

De lo expuesto, conforme pasan los días y semanas con incertidumbre creciente , la afectación adversa sobre las expectativas  continuará, por ello el que en el plano político se necesita acuerdos básicos que reduzcan las amenazas actuales a la vez de un claro y único anuncio sobre la propuesta de política económica  por implementar. Ojalá se pueda.

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