La economía peruana comenzaba el 2023 con varios retos por superar. En el 2022, la actividad económica creció en 2.7%, inflación por encima del 8 % –siendo el tope 3%–, informalidad laboral aumentada a 8 de cada 10 trabajadores, crecimiento desacelerado de la inversión privada en 0.8%, un inestable contexto político y a lo que se suma la ocurrencia de lluvias e inundaciones continuas, producto del ciclón Yaku con sus secuelas de destrucción de infraestructura privada y pública. Pero ¿cuál sería un listado de riesgos básicos a considerar en lo inmediato?
Un primer riesgo es el referido al de la inflación. Según el Banco Central de Reserva, la inflación de marzo sería mayor no solo a la de enero 0,23% y febrero de 0,29% en razón a factores coyunturales y estacionales como es la subida de pensiones de enseñanza escolares y universitarias, sino también creo que existiría una alta probabilidad de que la tasa de inflación de marzo sea cercana a la de marzo del año pasado 1.5%.
De ocurrir ello, casi se detendría la marginal reducción de la inflación anualizada. Explicaría el salto de la inflación en marzo por factores adversos de oferta relacionados al mayor precio de alimentos, producto de la interrupción de vías y destrucción de infraestructura agrícola y cultivos como efecto del ciclón Yaku en el norte; a manera de referencia, el precio del limón mostraba un aumento del 20% el viernes pasado. El factor importante a evaluar es, además, cuán extendidos en intensidad y en el tiempo serán el ciclón Yaku y sus efectos adversos.
Otro componente importante en la canasta de consumo como el pollo (2.7%) ha venido incrementando su precio por una fuerte contracción de la oferta, consecuencia directa de la existencia extendida de gripe aviar en el Perú y restricciones al acceso de la industria a un insumo importante como la torta de soya. La apuesta optimista es que estos choques adversos de oferta sean transitorios. Pero varias diferidas fechas para que se inicie la convergencia de la inflación a su rango meta podrían deteriorar expectativas.
Un segundo riesgo se asocia con el accionar de instituciones como el del Congreso, puesto que con niveles de aprobación de un dígito tendría bastantes incentivos para medidas populistas, tal como el otorgamiento de bono de reconocimiento a los afiliados a la ONP que se trasladen a una AFP y por otra parte continuar con dispendiosas decisiones de gasto, aparte de sonados casos bufets, alfombras, etc.
Ahora se suma la reciente contratación de un suplemento en un diario de circulación nacional por S/130.000 en cuyas 12 páginas se presentan solo copias escaneadas de documentos relacionados al proceso de elección del defensor del pueblo.
Un tercer riesgo se relaciona a la gestión gubernamental, sobre todo a nivel de gobernadores y alcaldes en torno a los efectos destructivos del ciclón Yaku en el norte del país, que hasta el viernes último generó 23 mil afectados, 420 viviendas destruidas, 2.509 viviendas inhabitables, 41 aulas destruidas, 375 aulas afectadas, 123 aulas inhabitables, 1.485 zonas críticas por posibles movimientos de masa como deslizamientos, derrumbes, caídas de rocas, huaicos y avalanchas y 60 establecimientos de salud afectados.
Visto en términos económicos, se contrae el patrimonio, que en el caso de las familias implica un súbito deterioro de sus condiciones de vida y en el caso de los productores, principalmente agricultores, se produce una inmediata contracción de sus capacidades de producción. Observo que, frente a ello, en estos días alcaldes y gobernadores se la pasan declarando en medios, pidiendo apoyos de distinto tipo al Gobierno nacional, y la pregunta es cuál es el valor agregado en la gestión pública por parte de estos funcionarios?
Debo señalar que en circunstancias de carencia extrema –como la carencia de vivienda y/o medios de producción–, la sensibilidad ciudadana frente a una ineficiente y/o lenta gestión gubernamental es particularmente alta, lo que podría significar un agravamiento de la actual conflictividad social.
En suma, estos tres riesgos principales, de lejos, son los que deberían estar incorporados en la agenda gubernamental de corto plazo. No olvidemos que la identificación de problemas siempre será el primer paso para encontrar soluciones.