Cuando se quiere mostrar el éxito económico de un país, se tiende a usar mucho las cifras macroeconómicas en general y del crecimiento de la riqueza (Producto Bruto Interno) en particular. Sin desconocer que el crecimiento es importante para que los ingresos de los distintos agentes económicos que contribuyen a generarla también lo hagan, no perdamos de vista que este plantea también nuevos desafíos para los países (descontando la necesidad de una menos regresiva distribución del ingreso) constituyéndose así un novísimo combo, por lo que no actuar preventivamente sobre ellos, podría acentuar algún grado de pesimismo por parte de segmentos completos de la población a pesar que hay más ingresos y oportunidades de obtenerlos. Un apunte sobre el tema a continuación.
En los últimos anos el Producto Interno Bruto (PBI) del Perú crecio a casi el doble del promedio regional, lo que a pesar de coyunturas económicas internacionales adversas estaría indicando la presencia de fortalezas macroeconómicas del país. El crecimiento sostenido diferenciado ha originado que aumente de tamaño la economía peruana respecto al resto de países, por ejemplo y a modo de ilustración, a propósito de la resolución del diferendo marítimo con Chile, se hicieron no pocas comparaciones con dicho país principalmente respecto al PBI. Así en términos nominales al año 2012 el PBI de ellos alcanzo los US$ 268,278 millones en tanto el del Perú fue de US$ 200, 292 millones, pero como sabemos es técnicamente incorrecto comparar la riqueza generada entre países sin considerar las distorsiones que implica los distintos costes de vida así como la tasa de cambio utilizada, por lo cual es mucho más adecuado si de hacer una comparación más ajustada, utilizar el Producto Bruto Interno a Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) y siguiendo una tendencia iniciada 3 años atrás, en el 2012 el PBI peruano (US$ 322,675 millones) supero al del vecino sureño (US$316,516 millones), es decir el mayor crecimiento está haciendo que en tamaño nuestra economía se consolide como relativamente más grande; pero así como es bueno que los hijos crezcan sanos, ello trae también aparejado adquirir ropa con mayor frecuencia para que siempre estén regularmente vestidos, de similar forma el crecimiento hace que aparezcan nuevos retos en la agendas de las sociedades. Señalemos algunos.
La mayor actividad económica puede tener efectos no deseados también. En la medida que se asienta en el crecimiento de sectores como industria y/o ganadería por ejemplo, como una suerte de externalidad negativa estas actividades liberan dióxido de carbono y gas metano, gases que en ambos casos son los causantes del calentamiento global del planeta. En similar sentido, el crecimiento de ingresos y del crédito posibilita el incremento de los vehículos en circulación (230,000 nuevos proyectados para 2014 en Perú) incluso por encima de la infraestructura vial necesaria, lo que aparte del incremento de horas hombre perdidas por tráfico, incrementa la emisión de dióxido de carbono a la vez de aumentar la probabilidad de ocurrencia de accidentes de tránsito, incluso asociado al mayor poder adquisitivo los temas de seguridad ciudadana son cada vez más importantes. Por otro lado, la masificación del consumo de comida chatarra producto de inversiones en franquicias de comida, ha hecho que la obesidad implique a una mayor parte de la población. Por último, la búsqueda de mayores ingresos acicateados por la existencia de más oportunidades, causa situaciones de estrés cada vez más frecuentes afectando adversamente la salud mental de una parte creciente de la población; en fin la lista de nuevas preocupaciones y problemas que vienen cual combo aparejados con el crecimiento económico es más larga, frente a ello y dadas las perspectivas de sostenibilidad de este, comenzar a actuar preventivamente respecto a estas es fundamental, si queremos que en el futuro la economía siga creciendo pero con menos disconformidad de la gente.